Karen y Martha en La Calumnia

La calumnia es un film dirigido por el prestigioso director de cine William Wyler, galardonado con 3 premios de la academia entre sus muchas nominaciones.

Contexto de la película

Esta historia de 1961 está protagonizada por Audrey Hepburn y Sirley MacLaine. Esta sería la última película que Audrey Hepburn protagonizaría en blanco y negro. 

Cuenta con un guion realizado por John Michael Hayes, Lillian Hellman. Teatro: Lillian Hellman. Música: Alex North y fotografía: Franz Planer (B&W). Obtuvo en1961 5 nominaciones a los Oscar, incluyendo actriz sec. (Bainter) y dir. artística B&N

William Wyler revisa uno de sus filmes y vuelve a adaptar la obra de Lillian Hellman, que ya llevó al cine en 1936. Esta obra contó con Miriam Hopkins, Merle Oberon y Joel McCrea, bajo el título original de Esos Tres (These Three). Wyler sintió la necesidad de resarcir a la autora, a la obra, a sí mismo y al público. Así que volvió a realizar y producir, 25 años después, la adaptación de la obra de Hellman The Children’s Hour. Hay que destacar que fue prohibida en algunas ciudades importantes en la década de los 30 debido a su tema, el amor de dos mujeres.

La historia se centra en dos mujeres. Karen (Audrey Hepburn) y Martha (Shirley MacLaine) son las directoras de una exclusiva escuela para niñas. Una alumna maliciosa y vengativa, enfadada por un castigo que ha recibido, oye por casualidad un comentario. Esta lo utiliza, de manera maliciosa , para acusar a sus profesoras de una conducta reprobable. Los escandalosos rumores se extienden velozmente por la comunidad escolar, con repercusiones inmediatas y devastadoras.

Este drama de Wyler trata temas como la homosexualidad, las mentiras, las difamaciones o las apariencias y la doble moral de la sociedad del momento.

Análisis de La Calumnia

Que una superproducción de Hollywood estuviera protagonizada por dos mujeres era poco habitual. Aunque llamaba más la atención que pusieran el foco en la homosexualidad y la relación de dos mujeres como eje central de la trama.

Además de una crítica a esa sociedad que seguía rechazando la relación entre dos mujeres. Esto se convierte en una especie de caza de brujas en el que las mentiras, las suposiciones o especulaciones iban incluidas sin una prueba verídica. Como consecuencia, sufrían el rechazo social y el aislamiento de su vida personal y laboral como refleja la película.

Cuando todo estalla tanto Karen como Martha se quedan totalmente aisladas. Se quedan sin trabajo y tratadas como unas apestadas por parte de las alumnas y sus familiares. A pesar de que todo era pura difamación, no tuvieron la posibilidad de seguir ejerciendo su profesión. 

Una de las escenas más impactantes es cuando la abuela se pone en contacto con todas las familias. Tras la confesión de la niña, se ven todos los coches en la escuela y todas las familias recogiendo a sus hijas. Estos muestran una distancia  física entre Karen y Martha y se marchan sin dar explicaciones. Esto produce un asombro de las dos y la incredulidad ante lo que está sucediendo.

La incomprensión de las dos llegaba hasta tal punto que en la conversación con la abuela de la niña responsable decía el personaje de Hepburn: “El daño está hecho, aunque no entendamos por qué está pasando: Debe de haber una razón”, a lo cual el de MacLaine responde:”¿Estamos aquí defendiéndonos contra qué?”.

La construcción de los personajes

Karen y Martha una vez que todo ha estallado

La Calumnia destaca por ser una gran obra desde la sutileza y sin grandes aspavientos. Con las expresivas interpretaciones de Audrey Hepburn y Shirley MacLaine. Además, mediante los primeros planos van reflejando todas las emociones contenidas ante la catarsis que están viviendo.

Las mujeres son las auténticas protagonistas de esta obra, y sus actrices secundarias. Acompañadas por dos enormes actuaciones de dos ejemplos de grandes actrices maduras. Fay Bainter y Miriam Hopkins (precisamente Hopkins había interpretado en la anterior versión el papel que en ésta desarrolla MacLaine).

También hay que destacar el personaje de Karen Balkin (la niña), pues lleva la maldad escrita en sus ojos.

El personaje de Martha vive la relación de amistad con Karen como un amor no correspondido. Ella no logra comprender esos sentimientos hacia una mujer, viviéndolo como un pecado. La historia nos muestra una conversación de su tía con otra mujer en la que comenta que a Martha nunca le han interesado los hombres, que con la edad que tiene no se ha casado ni ha tenido hijos y que su único interés son los alumnos y Karen.

Mientras Karen a pesar de tener su pareja que era un médico muy reconocido en el pueblo. Este se quejaba de lo poco que podía verla y que entre sus aspiraciones no estuviera la de ser madre. Por ello La Calumnia también fue adelantada a su época. Presenta a dos mujeres sin complejos como directoras de una escuela. Para las dos su realización personal y laboral está antes que vivir una vida que se suponía que les tocaba por ser mujer. 

En cuanto a la dirección y producción, la cinta es sobresaliente con la construcción de esos primeros planos de  Franz Planer . Por otro lado, el vestuario de las dos protagonistas. Este refleja sus tonalidades a medida que la trama va avanzando y acorde con la imagen y la iluminación. Además los silencios y las miradas que se van produciendo son excelentes. Todo ello unido a esa banda sonora de Alex North que es imposible de sacar de nuestra cabeza.

Desgraciadamente la difamación y las campañas que se producen a veces son tan terribles que como muestra Wyler marca un antes y un después. Y es que a pesar de que la niña reconoció habérselo inventado y la abuela les pidió que le perdonaran ya era tarde. Martha no pudo más con la presión y decidió suicidarse.

Desenlace

Desenlace

Y frente a  ese espejo que nos pone La Calumnia  en 1 h y 45 min que dura a una sociedad moralista, que juzga y sentencia sin verdad y rechaza lo que consideran “moralmente inaceptable”. Aparece el personaje de Hepburn en ese entierro ante las miradas agachadas, condescendientes y culpables de todos esos vecinos que las destruyeron y ahora se presentaban a esa última misa. Ese camino que va realizando su personaje hacia adelante, sin mirar a ninguno de ellos, sabiendo todo el dolor por perder a su amiga, su trabajo, su pareja y empezar de nuevo pero con todo lo vivido y la expresividad y emotividad de Hepburn es imposible no emocionarse ni adentrarte en lo más profundo de su alma.

Por ello La Calumnia debe seguir vigente en nuestros tiempos y ser una recomendación de ese cine que no debemos perder, para mostrar ese espejo a una sociedad que probablemente se parezca más de lo que pensamos. 

Escena final

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