Dune es un pilar de la literatura de ciencia ficción. Hoy, en «Todo acción» vamos a hablar de la nueva adaptación del director Denis Villeneuve.
El origen – Dune de David Lynch:
También es una obra que entró en la mitología del cine a través del disparatado proyecto de Alejandro Jodorowsky (que fue objeto del muy buen documental Jodorowsky’s Dune).
Ello desembocó en la extraña película de David Lynch, cultivando su fama de obra no apta para el cine.
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La idea de un nuevo intento, con Denis Villeneuve en la dirección, suscitó muchas preguntas y grandes expectativas.
La obra de ciencia ficción:
Sabemos que Dune es una obra muy densa, con un universo vasto y rico, lo que enfrentó a esta nueva película con la prueba de introducir este universo a un público que aún no está familiarizado con él.
Ha sido un verdadero trabajo reunir todos estos elementos en una sola película sin que el espectador se pierda en medio de todas estas poblaciones, castas y problemas.
Como muestra la «primera parte» del título de la película, que indica que se necesitará más de una película para recorrer este universo y seguir las aventuras de Paul Atreides, es realmente una gran tarea.
Paul, un joven con un destino que centra la atención de todo el mundo, en medio de guerras de poder por unos recursos cada vez más escasos y esenciales para que cada población establezca su supremacía o, al menos, su supervivencia.
A pesar de los riesgos a los que se enfrentaba la película de Denis Villeneuve, la exposición resulta ser relativamente acertada.
La narración en Dune:
Así, articula bien la narración identificando las especificidades de cada pueblo y personaje, lo que permite situarlos fácilmente en el tablero antes de que comience la partida.
Si la película sigue siendo densa, difícil de digerir en una sola sesión, consigue mantener un perímetro adaptado a la duración de una sola película.
De este modo, no te encontrarás perdido desde el principio, aunque uno no haya retenido necesariamente todos los entresijos de la historia.
Dune asume el reto de presentar un rico universo a un amplio público, sin cerrar ninguna puerta, desarrollando su historia.
Aún así, se limita a cumplir el papel de simple introducción, incluso si eso significa dejar al espectador con hambre, con la sensación de que apenas ha empezado algo cuando ya ha terminado.
La banda sonora y la potencia visual de Dune:
La verdadera fuerza de Dune reside en su belleza visual y sonora, en la línea de las anteriores películas de Denis Villeneuve, de las que sentimos una herencia directa, por no decir un «toque» Villeneuve reconocible.
Encontramos esa arquitectura muy brutalista, esa atmósfera a menudo desaturada, sobre todo en el desierto.
Y ese uso tan presente del sonido, ya sean los efectos sonoros o la música, siempre firmada por Hans Zimmer, muy potente y solemne.
El universo visual de la película sigue siendo muy cuidado y variado, con muy buenas ideas.
La escala y el sonido:
Ejemplo es cuando pensamos en esta escena en el planeta de los Sardaukar, acumulando el impresionante aspecto visual y la presencia del sonido a través de este extraño personaje que llama a la batalla con una voz extremadamente grave y gutural.
La película también juega bien con la escala, durante las escenas de batalla, por ejemplo, destacando los cazas y los enormes barcos.
Así, se logra dar aún más escala a estos enfrentamientos, poniendo a los soldados en perspectiva con respecto a lo que está en juego.
El guión del film:
Reservas, sin embargo, sobre el guión y la progresión de la película, que nos deja con un statu quo ciertamente inevitable en la perspectiva de una secuela.
Tenemos la impresión de estar cortados en un nuevo comienzo, esperando un nuevo impulso, sin poder acceder a él.
El ritmo de Dune
El ritmo de la película también puede ser un obstáculo, ya que va in crescendo en la primera parte, alcanzando su punto álgido en la mitad de la película, antes de caer gradualmente hacia el final.
Con el nombre de Dune: Parte Uno, esta primera película actúa principalmente como introducción, despertando nuestro interés.
Así, se presenta un universo que queremos descubrir, pero con la sensación de haberlo tocado apenas, de ser testigos de algo en lo que nunca entramos realmente.
Aunque se pueda tener la impresión de que Denis Villeneuve se contenta ahora con aplicar la misma receta a cada una de sus películas, se aplica bien al universo de Dune.
¿Qué puede esperar el público de Dune?
Es más, le permite beneficiarse de una representación de calidad, accesible al mayor número de personas, sin llevar tampoco al público de la mano.
El resultado es una extraña impresión, la de haber asistido a un espectáculo bastante impresionante, pero de haberse quedado con un sabor a asunto inacabado.
De tal forma, se «impide» que esta película pueda existir por sí misma, que sea verdaderamente independiente, dejándonos así a la espera de la siguiente película, que no llegará hasta dentro de dos años.
Dune a grandes rasgos:
Gracias a un minucioso trabajo sobre la imagen y el sonido, el universo de Dune encuentra aquí una representación muy bella en su riqueza y su complejidad.
Al mismo tiempo, ofrece una introducción que deja la impresión de no haber podido entrar realmente en él.
